Por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, cada 1 de diciembre se celebra el "Día Mundial del SIDA". El evento, que debería ser una ocasión para tomar conciencia de la amenaza de esta pandemia y mover a la solidaridad efectiva con aquellos que han contraído el mortal Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); se ha convertido más bien en la ocasión para difundir dos grandes mentiras que no han hecho más que contribuir a propagar aún más la enfermedad:
Que el mal llamado "sexo seguro" fundamentalmente el preservativo- previene de la enfermedad tanto como la abstinencia.
Que el SIDA no tiene ninguna relación con patrones de vida moral y que, en consecuencia "cualquiera" está igualmente expuesto.
Que el mal llamado "sexo seguro" fundamentalmente el preservativo- previene de la enfermedad tanto como la abstinencia.
Que el SIDA no tiene ninguna relación con patrones de vida moral y que, en consecuencia "cualquiera" está igualmente expuesto.
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